Todos en mayor o menor medida hemos oído hablar del Feng Shui, al igual que hemos podido oír hablar del Kung Fu, sabemos de dónde viene, pero son en realidad grandes desconocidos. La mayoría de las personas pueden tener una interpretación u otra, pero generalmente, para nuestra lógica occidental, pensar que algo de nuestra vida pueda cambiar simplemente por, por ejemplo, girar la cama, se hace difícil, por no decir imposible.
Desde que empecé a estudiar esta forma de entender el espacio, he oído y leído multitud de teorías respecto al origen, y la verdad es que podríamos estar todo un día hablando de ello sin concluir una certeza, ya que faltan datos para determinar su procedencia. Pero para mi lo importante, es tener claros los siguientes aspectos:
· Existen diferentes “escuelas” de Feng Shui, en todas ellas hay rasgos parecidos aunque hay dos bloques bien diferenciados, la escuela de las formas y la escuela de la brújula. Y dentro de estos dos grandes bloques hay otras corrientes que tienen su particular forma de interpretar el espacio. Esto nos lleva a que podemos encontrarnos con contradicciones dependiendo del sistema elegido y se produce mucha confusión en la mentalidad occidental, ya que consideramos que si hay contradicción en un discurso, es que no es bueno, que carece de credibilidad, pero en realidad lo que hay que comprender y tener en cuenta, es la enorme antigüedad y su lejano origen, por lo que siempre habrá lagunas y parámetros de discusión.
· El Feng Shui no hace milagros, si fuese así, los más famosos, ricos e importantes del planeta serían maestros de Feng Shui, y no parece que sea así.
· En el Feng Shui se habla de las 3 Suertes: la de la tierra (que sería el lugar, a la que se dedica el Feng Shui), la suerte del Hombre (lo que debería trabajarse en la persona) y la suerte del Cielo (que supone ser el Destino). Esto vendría a decir que si hacemos un muy buen Feng Shui, tendríamos arreglado un tercio del problema, otro tercio seríamos nosotros. Y el último, el destino, parece más inalcanzable, pero si hemos trabajado las dos primeras partes estaremos más preparados para afrontar lo que nos depare ese tercio que no está en nuestras manos.
· Está claro que hay cuestiones de según qué escuelas de Feng Shui que se mezclan con el folklore Chino. Por ejemplo para nosotros no tiene mucho sentido poner un sapo con monedas o un buda con oro, aunque en nuestra cultura también han existido gestos similares, como por ejemplo la tradición de poner un San Pancracio con una moneda en la mano que tiene alzada, para atraer la prosperidad de un negocio.